Biodiversidad

Pero estamos hablando también de poner en marcha soluciones para recuperar el uso natural del suelo, hacerlo permeable y nutrido. Debemos recuperar materiales naturales mediante una gestión sostenible —madera, tierra, piedra o fibras vegetales— y evitar el uso de materiales que no tienen cabida en una economía circular.

La biodiversidad de un entorno depende en gran medida de su tamaño. Los ecosistemas funcionan en cadena, el desarrollo de cada especie depende de la presencia de otras. Cuantas más especies, más diversidad y más estable es el sistema. Aunque las ciudades ocupan poco espacio en nuestro planeta, las infraestructuras necesarias para que las ciudades sean habitables ocupan y transforman mucha superficie terrestre. Por tanto, para cuidar la biodiversidad tenemos que crear espacios naturales dentro de las ciudades, garantizar redes naturales en el resto del territorio y preservar grandes espacios donde el ser humano —casi— no interviene.

En este punto, cabe de nuevo hablar de transparencia en la información de los materiales de los proyectos y de todo lo que hacemos ya que, una vez más, no podemos hacernos trampas.

Podemos decir, por lo tanto, que la protección de la biodiversidad nos habla de la salud planetaria, ya que sin biodiversidad la vida en el planeta es inviable, ya que no tendremos oxígeno para respirar. Pero también de renovación urbana y de sociedad resiliente.