Carolina Corcho es arquitecta y especialista en evaluación ambiental, y este año se ha estrenado como Evaluadora Acreditada VERDE con la certificación de un ambicioso proyecto en Extremadura. Se trata de una construcción, enmarcada en los Proyectos Europeos LIFE con el que se llevará a cabo un estudio comparativo que sea útil para la toma de decisiones en proyectos futuros y mejoren el medioambiente, el impacto y la eficiencia a largo de los edificios.
Son cuatro viviendas, ubicadas en la misma localidad de Extremadura, con idéntica distribución interior y con las mismas exigencias funcionales (mismo número de habitaciones, baños, etc.) pero construidas con diferentes materiales, técnicas, procedimientos, instalaciones, equipos… y con diferente importancia de la vegetación.
Al formar parte de un proyecto europeo, las exigencias de eficiencia y conciencia medioambiental y los impactos causados han sido tenidos en cuenta desde el primer momento, por lo que el proceso de certificación con VERDE ha ido casi siempre de la mano del proceso creativo de las viviendas. El proyecto se encuentra ahora en fase de pre-certificación.
Según nos cuenta Carolina, las herramientas de sostenibilidad suponen un gran avance para demostrar que un edificio es realmente sostenible y ayudan a combatir con la falsa sostenibilidad o greenwashing, que tanto se está expandiendo en los últimos tiempos. Además, gracias a estas herramientas y su difusión a través de los medios de comunicación, estamos logrando acercar y dar a conocer la sostenibilidad; las posibilidades que ofrece y las ventajas a corto, medio y largo plazo para todos.
Algo que me pareció muy interesante de lo que me contó Carolina, es que, hasta hace relativamente poco, cuando la sostenibilidad todavía no estaba a la orden del día, las personas le dábamos mucha más importancia a la estética o la funcionalidad de un edificio, por lo que la sostenibilidad quedaba en un segundo plano. Lo que las muchas personas no saben es que estos dos últimos conceptos son perfectamente compatibles con la sostenibilidad, e incluso complementarios. Los medios de comunicación no solo son capaces de concienciar y resaltar la importancia de la sostenibilidad, sino que también tienen el potencial de poner el toque diferenciador entre algo que es sostenible y algo que simplemente “lo parece”, del mismo modo en que lo hacen las certificaciones de sostenibilidad como VERDE, en donde se obtienen parámetros objetivos de impacto medioambiental.
Si bien Carolina es optimista con respecto a este tema y afirma que hemos recorrido mucho, también reconoce que todavía nos queda mucho camino. Desgraciadamente, los usuarios de los edificios rara vez se cuestionan sobre la procedencia de las cosas, más bien piensan: “qué bonito me ha quedado el salón con ese suelo, o esa pintura”. “Pongamos que tenemos dos suelos: uno local y otro no”, me explica Carolina. El primero, que probablemente sea más caro, ha sido elaborado con técnicas locales y transportarlo hasta el edificio será mucho más eficiente y menos contaminante. El segundo suelo ha sido elaborado en un proceso de fabricación de máquinas, combustibles y productos químicos, y requiere de muchos quilómetros de llevarlo hasta el edificio. “Ante esta situación, ¿qué harían la mayoría de los usuarios?”, me pregunta Carolina. Ambos suelos tienen una estética similar, pero los precios son distintos. El usuario acabará priorizando el factor económico si desconoce todo lo que hay detrás de esa diferencia monetaria. Sin embargo, Carolina piensa que, si a través de los medios de comunicación conseguimos que la información llegue al usuario, y este comprenda que su responsabilidad no sólo es necesaria por el medioambiente o el legado que dejamos a nuestros hijos y nietos, sino que también tiene un impacto en su propia salud, podríamos conseguir decantar la balanza hacia el material más sostenible
Al igual que Carolina, estamos de acuerdo en que no es una tarea fácil, y que no se dará a corto plazo, pero sí consideramos que estamos consiguiendo cambiar la mentalidad global de la sociedad y que, poco a poco y con el esfuerzo de todos, podremos conseguirlo.
El sector de la edificación, dada su complejidad, va mucho más atrás que otros sectores en el tema de la sostenibilidad. Ya hay muchas personas que reciclan, que han abandonado el transporte privado, o que optan por alimentos orgánicos antes que los procesados. Además, como en tantos otros sectores, las grandes empresas y promotoras buscan sacar el máximo rendimiento de sus promociones y los pequeños promotores o particulares buscan conseguir la mejor calidad, dentro de sus posibilidades. Esto, ligado con el desconocimiento de los impactos directos y las consecuencias a corto y largo plazo, hace que la sostenibilidad quede en segundo plano en este sector, siendo un plus, un distintivo, pero no una cosa generalizada.
Si bien creemos que la sostenibilidad debería dejar de ser una opción, el hecho de que la sostenibilidad sea un distintivo, ya es un sí un progreso. Hoy en día hay una gran cantidad de arquitectos, estudios de arquitectura, profesionales que se dedican al sector, etc. Según nos cuenta Carolina, la competencia es cada vez mayor y hay que buscar formas de distinguirse del resto, y afortunadamente la sostenibilidad está comenzando a ser el factor diferenciador entre una edificación y otra. Las certificaciones de sostenibilidad como VERDE son cada vez más conocidas; están más visibles y son más demandadas, por lo que se buscan profesionales que dominen del tema para asesorar el proceso creativo desde el principio. ¿Y qué mejor que un Evaluador/a Acreditado/a para llevar el proceso?
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Hoy conocemos a Carolina Corcho, Evaluadora Acreditada VERDE de un ambicioso proyecto europeo en Extremadura
