AIPEX, Asociación Ibérica del Poliextireno Extruido
El cuidado del medio ambiente ha cobrado especial relevancia en los últimos años, gracias a la progresiva toma de conciencia sobre los peligros que acechan a nuestro entorno, muchos de ellos derivados de la actividad humana y su incidencia en el cambio climático. En palabras de António Guterres, secretario general de la ONU, en la reciente apertura del encuentro internacional medioambiental Stockholm+50: «Necesitamos cambiar el rumbo ahora y acabar con esta guerra suicida y sin sentido contra la naturaleza». En esta misma cita, Guterres estimaba que debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45% para 2030 para alcanzar la neutralidad carbónica en 2050.
En este proceso, los edificios y el sector de la construcción son una pieza clave, ya que son responsables del 38% de las emisiones globales de CO2, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La implantación de prácticas de circularidad en el sector y el uso de materiales con procesos de producción más sostenibles, más duraderos y que permitan el ahorro de energía en los hogares, son pasos imprescindibles para reducir esta cifra.
El poliestireno extruido (XPS) es un material muy interesante en este sentido, gracias a su durabilidad, que le permite mantener sus condiciones aislantes inalteradas durante mucho tiempo, al alto porcentaje de contenido reciclado que admite en su composición (hasta el 100%) y sus posibilidades para ser reciclado al final de la vida útil de los edificios donde se instala.
Pero, además, ¿sabías que el XPS ayuda a certificar con VERDE, BREEAM y LEED? La certificación energética es otro paso imprescindible para avanzar hacia edificios más eficientes. Y estos certificados, que acreditan al edificio como sostenible, son cada vez más cotizados. Otorgan al edificio una calificación dentro de una escala, en la que los puestos más altos equivalen a mayor sostenibilidad. Además, en un momento en el que la sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de apostar por la eficiencia energética, son una forma de asegurarnos de que un edificio es, efectivamente, sostenible, y de que no se trata de una afirmación vacía y publicitaria.
Para la obtención de estos sellos medioambientales es fundamental contar con las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP). Son declaraciones ambientales normalizadas, pues deben cumplir con los requisitos fijados por la Norma Internacional ISO 14025, y que incluyen la necesaria verificación por terceros. En el caso de materiales y servicios de construcción, se emplea la Norma Europea EN 15804: es una forma de unificar la información ambiental sobre estos productos en Europa y dotarla de un reconocimiento oficial.
Para que un producto pueda ser declarado como respetuoso con el medio ambiente, es imprescindible recurrir al análisis de ciclo de vida conforme a normas internacionales. Se trata de un examen que toma en cuenta su ciclo completo: extracción y procesado de materias primas; producción de energía y materia prima; fabricación, transporte y distribución; uso, reutilización y mantenimiento y, por último, reciclado y disposición del residuo.
Una vez realizados todos estos pasos, los productos pueden ser considerados para su inclusión en un proyecto de edificación sostenible. Los certificados BREEAM, LEED y VERDE tienen en cuenta diferentes aspectos del proyecto para otorgar una u otra clasificación dentro de su escala. Si bien cada una de estas tres certificaciones se fija en aspectos parecidos, son a la vez distintos: si un edificio es obra nueva o una rehabilitación, si el uso es residencial o, por ejemplo, de oficinas, etc. Así, un material como el XPS aporta sostenibilidad a los proyectos en los que es instalado y ayuda a lograr estas certificaciones, suponiendo un aporte a la protección de nuestro medio ambiente.
- Artículo publicado originalmente en el blog de AIPEX