Hoy hablamos con Valvanera Ulargui, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático y embajadora de #BuildingLife, el proyecto europeo que vela por la descarbonización total de los edificios en todo su ciclo de vida.
Valvanera comparte con nosotros el papel de la Oficina Española de Cambio Climático al abordar las emisiones de carbono del sector de la edificación, así como los esfuerzos del Ministerio de Transición Ecológica para reducir el consumo energético de los edificios y cómo la descarbonización total puede mejorar inmensamente la vida de los ciudadanos.
¿Qué datos tenemos de las emisiones de CO2 de nuestros edificios? ¿Tienen que ver con el año en que fueron construidos?
En España tenemos un Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, que recoge la información sobre las emisiones emitidas en nuestro país, por sectores. En el caso de las emisiones de nuestros edificios, están incluidas tanto las del sector residencial como las del comercial e institucional. Según los datos, observamos una tendencia descendiente en los últimos años, en especial en el sector comercial e institucional. Sin duda, esto es positivo.
El parque edificatorio español consume en la actualidad el 30% de la energía final, con un importante potencial de ahorro y de incorporación de energías renovables. La buena noticia es que, en los últimos años, la construcción sostenible y la rehabilitación energética de edificios existentes está suponiendo un gran avance para la reducción de las emisiones del sector, y este escenario no ha hecho más que empezar. Ya contábamos con palancas importantes para contribuir a esta descarbonización progresiva hasta llegar a la neutralidad climática en 2050 y guiar la rehabilitación de edificios, como la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España o el Código Técnico de Edificación, pero, sin duda, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia va a suponer un acelerador clave en la descarbonización del sector.
La senda es clara: la previsión de emisiones en el sector residencial estima una reducción del 38% para el año 2030, un 54% en 2040, buscando reducir el 99% de las emisiones para el año 2050. Y es por ello que la apuesta del gobierno por la rehabilitación del parque de viviendas y la regeneración urbana es ambiciosa. De hecho, la rehabilitación se ha llevado gran parte del capital procedente de los fondos europeos, con un total de 6.820 millones de euros en los próximos años.
¿Cuáles son los datos que recoge la Oficina Española de Cambio Climático y con qué periodicidad lo hace?
Los datos relativos al sector de la edificación se recogen y gestionan principalmente desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, aunque el análisis y definición de políticas y medidas es un trabajo conjunto en el que participan también otras administraciones y representantes del sector.
La Oficina Española de Cambio Climático cumple, entre otras cosas, con la obligación de informar periódicamente sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y, por supuesto, participa en las evaluaciones de las medidas y su seguimiento. Estos informes deben presentarse cada dos años, según los requisitos que establecen las Naciones Unidas y la Unión Europea, aunque la información relativa a las emisiones es de carácter anual.
¿Cómo puede el Ministerio de Transición Ecológica incentivar la mesura en el consumo de energía de los edificios?
Uno de los aspectos clave para reducir el consumo de energía de los edificios, como bien hemos mencionado, es a traves de la rehabilitación, con el fin de mejorar su eficiencia energética. Estas medidas pueden suponer una importante inversión económica, por lo que desde el gobierno se está trabajando para movilizar fondos a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (entre otros), que prioriza las inversiones en esta materia.
Un ejemplo es el programa de ayudas para actuaciones de rehabilitación energética en edificios existentes en municipios y núcleos, de menos de 5.000 habitantes (Programa PREE 5.000), aprobado hace apenas unas semanas. Tiene el objetivo de impulsar la sostenibilidad de los edificios mediante actuaciones que van desde cambios en la envolvente térmica hasta la sustitución de instalaciones de generación térmica con combustibles de origen fósil por generación térmica basada en fuentes renovables como la biomasa, la geotermia, la solar térmica o la bomba de calor y la incorporación de tecnologías de regulación y control, así como la mejora en la eficiencia energética en la iluminación. Pero no se trata de una acción aislada. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima adopta múltiples medidas que buscan apoyar este tipo de actuaciones, para impulsar mejoras en el consumo energético de los edificios, tanto en lo que afecta a la mejora de la envolvente como a los dispositivos domésticos e instalaciones de climatización.
Otro aspecto relevante sobre el que se trabaja desde el Ministerio es la información y la sensibilización del ciudadano. Este es un tema fundamental, dado que la mayoría de las transformaciones que debemos impulsar dependen de los hábitos de las personas: cómo calentamos nuestros hogares, qué consumimos, cómo nos desplazamos por nuestras ciudades etc. En este sentido, hay numerosas campañas de sensibilización y educación ambiental con acciones dirigidas a los ciudadanos que buscan cambiar los patrones de consumo y modos de vida hacia otros más sostenibles y respetuosos con el medioambiente.
¿Cuál es la repercusión de la descarbonización de los edificios en la calidad de vida de los ciudadanos?
Sin duda, se trata de una repercusión positiva en múltiples ámbitos. Por un lado, la descarbonización de los edificios supone un descenso en el consumo de energía y, por tanto, un ahorro económico directo para los ciudadanos. También incrementa el confort en los hogares, el aislamiento contra los ruidos y la revalorización de los inmuebles. La mejora de la salud es otro de los beneficios más importantes que se derivan de la descarbonización, ya que la eficiencia energética, la reducción del consumo y, por tanto, de las emisiones (no solo de CO2 sino también de otros contaminantes atmosféricos) supone una mejora de la calidad del aire, lo que incide de manera positiva en la salud de los ciudadanos.
Por supuesto, la descarbonización del sector de la edificación forma parte de la necesaria descarbonización global, que supone la reducción de los impactos derivados del cambio climático. Impactos cada vez más notables y certeros, tal y como indica el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado mes de agosto, y que es necesario abordar con la aportación de todos los sectores.
La rehabilitación energética va lenta y es clave para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, ¿cuáles crees que son las causas que dificultan su camino?
No es difícil identificar algunas barreras que limitan el máximo despliegue de la rehabilitación energética, en particular del sector residencial. La más importante es la barrera cultural. Todavía no estamos concienciados del impacto que tienen los edificios en el medioambiente. A día de hoy, no se valora igual la importancia de mejorar la eficiencia energética frente a abordar otros factores como la accesibilidad o la conservación. Además, en España, a diferencia de otros países europeos, la toma de decisiones sobre la realización de obras debe hacerse de manera colectiva, es decir, los diferentes propietarios del inmueble deben estar de acuerdo. Así pues, el proceso resulta mucho más complejo en nuestro país, que en el caso de otros países con predominio de la vivienda unifamiliar, donde la decisión corresponde en exclusiva al propietario. Y por supuesto, no hay que olvidar que la rehabilitación requiere de una inversión importante, que debe encontrar apoyos necesarios tanto en ayudas a fondo perdido, como en financiación a tipos de interés, y con los plazos apropiados.
Nadie es ajeno a estas barreras, sin embargo, hay una gran apuesta del gobierno por solventar estos inconvenientes, con medidas que permitirán multiplicar sustancialmente el volumen de actividad de la rehabilitación.