La edificación sostenible es una de las más importantes transformaciones sociales, económicas y culturales de nuestro tiempo porque, además de una obligación medioambiental, es una forma de progreso que devuelve a la edificación su compromiso con las personas y su medio.
La sostenibilidad implica una implicación y conexión con la VIDA tanto social y económica como individual.
Nuestra visión es que un edificio sostenible cumpla con las cinco Ps: personas, como calidad de vida y bienestar; prosperidad, como desarrollo económico local y justo; planeta, como protección a nuestro entorno; paz, como concordia y armonía y pacto, como implicación y compromiso de todos para todos.
Lograr este objetivo nos lleva a evaluar dónde se encuentra el edificio, la calidad ambiental interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) o la calidad técnica del edificio (monitorización, documentación, mantenimiento).
Para ello procuramos que se cumpla con los objetivos propuestos en base a mediciones que garanticen resultados, no queremos puntuar acciones concretas que, dependiendo de cada edificio, tendrán consecuencias distintas y nos basamos en el Análisis de Ciclo de Vida por que un edificio sostenible debe serlo, desde que se producen los materiales con que se construye, hasta que se demuele y se les da una segunda vida.