Green Building Council España

España es un país con una gran tradición vitivinícola. Con cerca de un millón de hectáreas cultivadas, somos el país que mayor proporción de suelo destina a este fin en todo el mundo (y el tercer productor mundial). Los primeros vestigios del cultivo de la vid se remontan al año 4.000 a.C y los restos de la bodega más antigua conocida en la Península son del siglo III a.C.

De hecho, a lo largo y ancho del mapa, en pueblos y ciudades, encontramos pruebas de esta tradición en forma de bodegas. Estas son construcciones singulares, ya que no solo almacenan el vino, sino que forman parte activa de su proceso de fermentación y maduración. La temperatura constante, la humedad del ambiente, la luz… todos estos elementos contribuyen al trabajo de las bacterias que transforman el mosto en caldo. Por eso, es habitual encontrar bodegas en subterráneos e, incluso, cuevas –conocidas son las cuevas de Valdevimbre en León o de Chinchón, en Madrid–.
Sin embargo, la evolución de las técnicas constructivas y del diseño ha contribuido a transformar estos espacios, recreando de manera constante y fiable las condiciones necesarias para la producción del vino. Ahora, el sector vinícola da un paso más y se sube a la ola de la sostenibilidad, apostando por la creación de espacios eficientes, integrados con su entorno, y respetuosos con el medioambiente, donde la tradición y la modernidad se dan la mano. Un buen ejemplo de ello es la bodega Bideona, que será la primera en recibir 4 hojas VERDE de Green Building Council España (GBCe).
En el año 2021, y tras un cambio en la dirección y accionariado de la empresa, se inició un ambicioso proyecto en la Rioja Alavesa para la elaboración de grandes vinos, que incluía la ampliación y modernización de la bodega existente, contemplando criterios de eficiencia y bajo impacto ambiental. Además, la propiedad apostó por certificarla y se eligió VERDE como guía para lograr los objetivos deseados.
“La promotora (bodega Bideona) está muy concienciada respecto a los problemas ambientales y quería un edificio que redujera al máximo las emisiones de CO2 y fuera respetuoso con el medio ambiente. A partir de esto, les propusimos certificar con VERDE y utilizar esta herramienta como guía para alcanzar los objetivos deseados. A esto ayudó mucho el equipo de profesionales de cc60 Estudio de Arquitectura, responsables de la solución arquitectónica del proyecto, explica Enrique Margenera, arquitecto Técnico y Evaluador Acreditado (EA VERDE) en este proyecto.
Las obras de ampliación y mejora de la bodega Bideona, que finalizaron en diciembre de 2021, han corrido a cargo de Alfatec Ingeniería y Consultoría, una ingeniería referente en el sector del vino que, por primera vez, ha tenido que afrontar un proceso de certificación con VERDE.
“Hay mucho aprendizaje la primera vez que se certifica (éramos nóveles en este tema el equipo de proyecto, la ingeniería, la promotora y yo mismo) y vas aprendiendo sobre la marcha”, nos cuenta Margenera. “Vas introduciendo cambios, mejoras, te picas, ves que vas obteniendo puntos y que puedes ir a más y lo intentas. De hecho, nos llegamos a plantear llegar a cinco hojas… nos estamos quedando cerca, pero es muy exigente y no sabemos si lo vamos a lograr. En general el proceso está siendo fácil por la implicación de todas las partes, hay que hacer más trabajo que si no certificas, pero es un trabajo que ves que mejora el edificio”, afirma el EA VERDE.
Una bodega integrada con su entorno.
El proyecto de la bodega Bideona contempla la adaptación de las edificaciones a la topografía existente, con objeto de dar continuidad a la trama urbana hacia el norte de la población. Para conseguir esta integración con el paisaje se optó por una propuesta compuesta por varios volúmenes, creando un conjunto que recrea la continuación del entorno urbano donde se ubica.
En relación a los materiales, se ha optado por soluciones de bajo impacto ambiental y con alto porcentaje de materia prima reciclada en su composición. Además, se han cuidado de manera especial el aislamiento y la orientación, ya que, como nos recuerda Enrique Margenera, “para fermentar se necesita un control bastante riguroso de las condiciones ambientales de la bodega, especialmente en cuanto a temperatura y humedad, pero también afecta la luz, la calidad del aire, etc.”. Y se ha priorizado la instalación de equipamiento eficiente y el uso de renovables para reducir el consumo de energía.
“Para las instalaciones térmicas, tanto de la parte de confort como de la parte de proceso industrial, se ha optado por un sistema con muchas posibilidades de recuperación de energía para aprovecharla en diversos procesos. De hecho, la reducción de emisiones de CO2 es uno de los campos en los que mejor puntuamos. También se ha diseñado un sistema de control muy completo, que permite una gestión de gran precisión de los procesos de la bodega” apunta el EA VERDE, que también destaca el cuidado a lo aspectos sociales –accesibilidad, movilidad sostenible, calidad del aire interior, vistas desde las áreas de trabajo…– como otro de los aspectos que puntúa para VERDE.
“El principal objetivo era reducir la huella de carbono, pero con VERDE vieron que podían aportar en muchos más campos, que la sostenibilidad es más compleja. Así que ampliaron su ambición a lograr una calificación de cuatro hojas, con especial atención a la gestión del entorno, la eficiencia energética y los aspectos sociales”, finaliza Enrique Margenera.
El edificio se terminó en diciembre de 2021 y, en la actualidad, se está finalizando el proceso de certificación con VERDE GBCe, que le llevará a la obtención de cuatro hojas VERDE.