Green Building Council España

Elevar la tasa de empleo es el gran reto de la economía española y la voluntad de cumplir las directivas europeas de renovables y eficiencia energética obliga a capacitar a los trabajadores en las habilidades que va a requerir la transición energética. Es la principal conclusión del Informe IPM “Los empleos de la Transición Energética, elaborado por el experto Javier García Breva y editado por Imedia.
Los sectores más relevantes de los nuevos empleos corresponderán a la edificación y el transporte y sus actuaciones poseen las claves para la creación de empleos de calidad. Por este motivo, en la presentación del Informe se ha contado con la participación de Dolores Huerta, Secretaria Técnica de GBCe y de Arturo Pérez de Lucia, Director Gerente de AEDIVE.
El informe de Javier García Breva sobre “Los empleos de la Transición Energética” surge a raíz del análisis de la OCDE que, en su “Outlook Employment 2018”, advierte sobre la mala calidad del empleo en España con un dato revelador:  sumando el paro, la tasa de inactividad y el empleo a tiempo parcial involuntario, el 41,5% de la mano de obra está infrautilizada. Por eso, el primer objetivo de los fondos europeos que recibe España es elevar la tasa de empleo del 59% en 2012 al 74% en 2020 impulsando las actuaciones contra el cambio climático.
Por tanto, según el experto en políticas energéticas Javier García Breva, la creación de empleo de calidad requiere tener claros los objetivos y los medios.  “La mayor ineficiencia y derroche de energía desarrollan una economía de baja productividad y valor añadido; por el contrario, el ahorro y la eficiencia energética elevan la productividad y las actividades de mayor valor añadido” declara.
Cuatro nuevos empleos por cada uno que se destruya
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe “Perspectivas sociales y el empleo en el mundo 2018” ha calculado que las acciones para frenar el cambio climático crearán 24 millones de empleos hasta 2030 en todo el mundo y compensará la pérdida de 6 millones de empleos relacionados con los combustibles fósiles. La OIT recomienda a los gobiernos medidas para capacitar a los trabajadores en las habilidades necesarias.
El Informe IPM “Los empleos de la transición energética” ha analizado el contenido de las directivas europeas de renovables y eficiencia energética para concluir que las medidas que establecen se concentran en tres actividades principales: el edificio de consumo de energía casi nulo y la rehabilitación energética, la movilidad eléctrica y la gestión activa e inteligente de la demanda energética.
El reto del empleo cualificado en la rehabilitación energética
Para Dolores Huerta, secretaria técnica de Green Building Council España, el primer reto del sector de la construcción debe ser descarbonizar el parque ya edificado. A este, le siguen dar más rigor y fiabilidad a la certificación energética de edificios, que la contratación pública adopte criterios de alta eficiencia energética, y el desarrollo del autoconsumo, autoconsumo compartido y almacenamiento descentralizado en viviendas y edificios.
Aunque «todavía es difícil imaginar la ciudad descarbonizada en 2050«, Huerta ha pronosticado que para entonces surgirá un modelo de urbe que contará con «nuevas estructuras de barrio, orientadas a hacer dueño al ciudadano de su propia energía«.
¿El vehículo eléctrico generará menos puestos de trabajo?
Según Arturo Pérez de Lucia, la automatización en el ensamblaje de vehículos crecerá en los próximos años, por lo que la mano de obra que se precise en las cadenas de montaje dependerá menos del tipo de vehículo. Por otra parte, se generan puestos de trabajo adicionales en sectores clave de la economía, como el sector servicios y el sector energético y, a corto y medio plazo, la fabricación de vehículos y sus cadenas de suministro
Llegan nuevos procesos fabriles ligados a la Industria 4.0 que cambiarán la percepción y forma de afrontar los retos industriales del futuro”, declara Pérez de Lucia, quien continúa “resulta imprescindible que el Estado asuma el impulso de una revolución industrial que permita acelerar la transición hacia un modelo orientado a la movilidad eléctrica, conectada y autónoma. El reto no es la deslocalización de empresas, sino la atracción de polos de innovación tecnológica en España”.
Como conclusión, y según Javier García Breva, cabe resaltar que la oportunidad de desconectar el crecimiento de las emisiones representa un potencial de creación de empleo de calidad que las políticas de empleo y de formación deberían recoger. Todos los informes sobre la economía española recomiendan un cambio de orientación hacia sectores de mayor valor añadido vinculando las nuevas formas de utilizar la energía con la sostenibilidad ambiental y la mejora de la competitividad.
 
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